El Hotel Marques de Prado Ameno ocupa una casona colonial construida en la primera década del Siglo XVIII, la típica mansión de la aristocracia cubana de la época.
Tras las enormes puertas, el gran lobby y el patio central invitan a adentrarse en la historia del edificio, donde fragmentos de pinturas murales de diferentes periodos decoran las paredes de galerías y cuartos, al tiempo que piezas halladas en excavaciones arqueológicas han sido conservadas en el lugar, como evocadores detalles decorativos.
En esta casona nació y creció esclavo, Juan Francisco Manzano, un jóven negro quien sirvió a los Marqueses de Prado Ameno y devino uno de los más valiosos e influyentes escritores cubanos del siglo XIX. Ganó su libertad gracias a la intervención de Domingo Del Monte (crítico literario y patrocinador de la literatura cubana), y otras prominentes personalidades de la época.
Hoy el hotel cuenta con 15 habitaciones: 12 estándars, 2 suites y 1 junior suite.
Está excelentermente ubicado, a solo unos metros de la calle Obispo, arteria principal de La Habana Vieja, y muy cerca de la Plaza de La Catedral y la Plaza de Armas.
La intimidad y paz de las galerías de arcos y la excelente preservación de los frescos originales, el recogimiento y la frescura del patio interior, unidos a la sobriedad de la decoración, invitan al descanso en una acogedora atmósfera.
Un corredor interior comunica el hotel con otra época y otra propiedad: el hotel Florida, que data del siglo XIX. Los huéspedes del Prado Ameno pueden hacer uso de los servicios de ambos hoteles.