El hotel Inglaterra abrió sus puertas en 1875 y fue declarado Monumento Nacional en 1981 por sus valores históricos. Es considerado el hotel más antiguo de Cuba que aún funciona como tal.
Al encontrarse en una de las esquinas más concurridas de la Habana, al lado del Gran Teatro, frente al Parque Central, y a pocos pasos del Capitolio, su ubicación resulta perfecta para explorar la ciudad.
Su bella fachada neoclásica contrasta con la decoración interior, la cual recrea la atmósfera de la época colonial con ventanas enrejadas y bellos vitrales, mosaicos coloridos, símbolos heráldicos españoles y techos exquisitamente trabajados.
En el lobby, extravagantemente decorado, hay un bar y un restaurante que le transportan a Marruecos con sus arcos en arabescos y mosaicos verdes, azules y dorados. Una sensual estatua de bronce de una bailarina española- La Sevillana- dota de nombre y alma a su bar principal.
Las habitaciones están repartidas entre las tres plantas y son cómodas y básicas. Algunas tienen balcones con vistas al Parque Central, o al boulevard, ideales si se quiere ver y escuchar el ajetreo de la ciudad. Otras son interiores, más adecuadas si lo que se necesita es un buen descanso. Las habitaciones tienen todas dimensiones diferentes.
Uno de los atributos principales del hotel es sin duda su terraza del último piso, con tumbonas para tomar el sol, bar, música en vivo por las noches y fantásticas vistas al Parque Central.
El Café del Louvre, en el portal del hotel, era conocido en tiempos de la colonia como la Acera del Louvre, sitio de tertulia de la sociedad bohemia y de rebeldes contra el dominio español. Una placa en la entrada del hotel honra a los "Muchachos de la Acera del Louvre" que murieron por la independencia de Cuba.
Hoy, igual de animado, tiene siempre grupos de música tradicional tocando, y turistas disfrutando del entretenimiento y de los cócteles.
En resumen, un hotel histórico en un antiguo y hermoso edificio con encanto, en el corazón de la Ciudad de La Habana.