Se le conoce por ese nombre a la parte más antigua de La Habana, el espacio de poco más de 2 kilómetros cuadrados que hasta mediados del siglo XIX albergaba a la capital cubana.
Al adentrarse pudiera el viajero percibir aromas de tiempos anteriores por el estado de conservación que se ha logrado en muchas de sus edificaciones, calles y plazas públicas.
Su riqueza arquitectónica es algo que mayormente llama la atención , pues una gran variedad de estilos confluyen en sus construcciones; las que pueden ser lo mismo casas y fortalezas militares edificadas en el siglo XVI y XVII, así como iglesias y palacios correspondientes a los períodos del XVIII y XIX.
El Centro Histórico de La Habana considerado por la Unesco desde 1982 como Patrimonio de la Humanidad brinda un sinnúmero de atracciones en museos, casi todos relacionados con la etapa colonial.
A disposición del viajero existe en el Centro Histórico una excelente red de pequeños hoteles, los que ocupan los espacios de antiguos palacetes después de ser restaurados y acomodados convenientemente para su nuevo uso.