Es dentro de los de su tipo en el país el más extenso, con sus casi 2 kilómetros de largo y reúne en su entorno una excelente arquitectura que refleja el devenir constructivo de la ciudad a lo largo de los tiempos.
Es como el resto de sus similares en la isla, un largo paseo arbolado con un amplio sendero central flanqueado por bancos de madera donde el visitante puede recostarse para descansar y conversar a la sombra.
Su origen se remonta a 1825, año en que aparece por primera vez en un plano de la primitiva urbe.
Destaca la presencia en uno de sus tramos la curiosa escultura que recuerda a Benny Moré, el llamado Bárbaro del Ritmo, ícono musical cubano nativo de la región.
Dirección: Calle 37