Es la principal necrópolis de La Habana, y por sus 57 hectáreas de extensión es considerada como la mayor de toda América.
En su interior se cuentan gran cantidad de maravillosas obras escultóricas y arquitectónicas que forman parte del diseño de sus nichos funerarios . Si no es una persona supersticiosa y gusta del buen arte , disfrutaría de una visita a los predios de esta ciudad funeraria cuyo valor cultural ha hecho que los especialistas la ubiquen entre las tres más preciadas de todo el mundo.
Nada más presenciar su fachada principal le puede sugerir al visitante lo que pudiera encontrase al entrar a este recinto: El pórtico es un monumento de mármol de Carrara, de 34 metros de largo y 21 de alto, con espléndidas alegorías a las virtudes teologales, la caridad, la fe y la esperanza.
Su fundación se debió al crecimiento de la ciudad a mediados del siglo XIX, pero no fue hasta 1886 que pudo terminarse su construcción. Declarada Monumento Nacional en 1987.