Hermosa plaza que llevará al visitante a sentirse trasladado imaginariamente a tiempos anteriores por el estado de conservación logrado en los edificios construidos en los siglos XVIII y XIX que rodean el lugar y la propia plaza en sí. Calles empedradas al viejo estilo , grandes ventanales enrejados que parten casi desde el nivel de la calle , inmensos portones de entrada a los edificios confeccionados estos siempre con maderas preciosas.
Deja ver un sinfín de detalles arquitectónicos y decorativos que le darán al visitante una postal de cómo era Trinidad en sus tiempos de gloria económica, cuando sus inmediaciones estaban pobladas de ingenios azucareros que en gran medida cimentaban la economía de la isla.
En ella se encuentra la Catedral de la Santísima Trinidad; el Palacio Brunet, una magnifica construcción del año 1741, el Convento de San Fernando y el Palacio Cantero.