Pequeño y pintoresco pueblo de pescadores alejado solo 5 kilómetros de la ciudad de Trinidad y donde el visitante pudiera conocer la singular idiosincrasia de los pobladores del lugar, su amor por el mar y los encantos que pueden aportarle a su culinaria. Una experiencia inolvidable para el visitante sería la de degustar cualesquiera de las especialidades marinas que se ofertan sus modestos centros gastronómicos casi todos junto a la costa.
El poblado cuenta con una pequeña playa que cuenta con la particularidad de que la temperatura de sus aguas se encuentra matizada permanentemente por la desembocadura de un rio que las enfría.