Terminada de erigir en 1892 después de un azarosa etapa constructiva que se extendió por 75 años. Constituye uno de los mayores templos católicos de la isla y es uno de los sitios habitualmente más apreciados por los visitantes de la villa por los numerosos atractivos que le encuentran tanto en sus formas exteriores como en sus riquísimos interiores.
El lugar siempre fue el escogido para asentar la principal instalación religiosa de la villa desde los tiempos fundacionales de Trinidad pero la precariedad constructiva de la primeras instalaciones perjudicaron su perdurabilidad en el tiempo.